jueves, 28 de junio de 2007

Origen mapuche




Extracto del libro "Medicinas y culturas en la Araucania " (Armando Marileo Lefio)

El relato de Treng- Treng y Kay- Kay es uno de los epew (cuento) que narra precisamente el origen de la cultura mapunche:

Se dice que hubo una gran inundación provocada por una fuerza negativa, es decir, se produjo una disputa entre el MAL, representado por Kay Kay, quien deseab matar a todos los seres vivientes y Treng- Treng que era una culebra del BIEN que trataba de salvar a la gente. Kay- Kay hizo subir el agua y Treng- Treng hizo subir el cerro para que la gente se salvara… así estuvieron muchas lunas peleando, hasta que un día Kay- Kay se dio por vencido.

Al bajar el agua quedaron solamente cuatro sobrevivientes, dos ancianos, una mujer y un hombre, (kuse y fücha) y dos jóvenes, una mujer y un hombre (üllcha y weche)...

Solo los dos jóvenes fueron autorizados para ser el principio de la gente y los ancianos para alimentar en conocimiento y sabiduría a los jóvenes…

Así surgió la cultura mapunche.

Sistema organizacional mapunche




Extracto del libro "Medicinas y culturas en la Araucania" (Armando Marileo Lefio)

Existen dos tipos de organizaciones dentro del mundo mapunche: organización ideológica- religiosa y organización sociopolítica- cultural.

Todas las organizaciones tienen una base y un principio religioso. No obstante lo anterior están determinadas por el ad- mapa; es decir, la forma propia que tiene cada lugar o sector de concebir, desarrollar y promover su organización.

  • Organización religiosa

    Rewe: es una de las organizaciones tradicionales a través del cual se reúne un determinado grupo de personas o lof. Este concepto representa un aspecto profundamente religioso ya que significa: punto de encuentro y conexión con las fuerzas del bien o espíritus del bien.

    Ngillatyuwe: es el espacio físico donde se desarrolla la ceremonia más importante del pueblo mapunche, el Nguillatun. Este en su sentido más general representa la síntesis del mundo mapunche.

    En el centro de este espacio físico, el cual también está representado en el kultrung, está el Rewe, a través del cual el mapuche, las comunidades, se comunican con la divinidad.

  • Autoridades religiosas tradicionales

    Dentro de las autoridades religiosas tenemos:

    Ngenpin: dueño de la palabra, es la autoridad máxima del Nguillatun; además es el que conoce cada aspecto a través del cual está conformado su mundo.

    Ñidol: son autoridades de apoyo al ngenpin.

    Longko: jefe tradicional de la comunidad, tiene un papel importante en el Ngillatun, está a cargo de su lof.

    Machi: autoridad de la medicina tradicional y conocedora de los secretos del mundo mapunche.

    Dungunmachife: intermediario entre la machi y el pueblo, ya sea en el machitun y/o Nguillatun

    Pelom: personas con características especiales que pueden predecir el futuro (bueno y malo).

  • Organización social, política y cultural tradicional

    Lof: Una organización familiar con una persona mayor a la cabeza llamada Longko.

    Ayllarewe: siendo el Rewe un espacio sagrado y de encuentro con los espíritus y fuerzas del bien, en tiempos de guerra permitió al pueblo mapunche estructurar en torno a él una organización sociopolítica para los efectos de la defensa del territorio y la cultura. Dicha organización se llamó Ayllarewe.
  • Actividades sociales y culturales

    We xipantu: La nueva salida del sol o el inicio de una nueva temporada (año nuevo mapunche)

    Palin: deporte tradicional mapunche, se practica para fortalecer la amistad entre longko y lofn. Se juega en una cancha larga y angosta (90 x 6), el ganador es aquel que completa cuatro rayas, es decir, un Kon o Kuden.

    Lakutun: Es una ceremonia social religiosa a través del cual el abuelo paterno Laku, le entrega su nombre a su nieto.

Sistemas modélicos

Extracto del libro “Educación y sociedad mapunche” (Desiderio Catriquir C, 2002)

De los relatos recogidos se desprende la noción de “ser persona” (Chegen) o “ser alguien”. Esto quiere decir que cada individuo en el contexto de un grupo es reconocido como un semejante y valorado por poseer las características comunes aceptadas. Del Chepen se expresan modelos de persona que se pasan a describir.

a) kümeche

En las entrevistas con personas adultas una recurrencia notable tuvo el concepto de Küme che, referido al individuo que se caracteriza por hacer el bien y por vivir de acuerdo a ese modelo. Se lo considera como un integrante aceptado y valorado dentro del grupo, en contraposición al weza che, que se caracteriza por un comportamiento en contra de ciertas normas de la sociedad. Mientras en un grupo, hombres y mujeres pueden actuar como küme che, otros, se comportan como weza che, sustrayendo lo ajeno o no entrando en las redes de intercambio, etc.

De los registros contemporáneos comprendemos que ser küme representa otro aspecto del kimche, que incluye dos dimensiones; por un lado la de ser “hombre” bondadoso, entendido como küme wenxu, küme zomo; por otro lado, refiere también a cierta posesión de bienes “económicos”. En este segundo rasgo, el kümeche se concibe como ülmen.

El kümeche en su dimensión de ülmen, vinculado con el ser kimche, se expresa así en el siguiente testimonio: “yo teniendo bastante ovejas, animales vacunos, lo he logrado porque nunca ofendo a otros. Dios me lo ha dado”. En esta misma idea del kúmeche como ülmen, se destaca “hay gente que necesita alimento. Me viene a pedir un almud de trigo; aunque mi señora me dice, eso no te lo van a devolver, yo digo no! Esa gente no tiene que comer, saquen un almud o dos de trigo” (don Manuel, citando a su baku)

b) kimche

El modelo kimche de persona fue ampliamente valorado en las entrevistas sostenidas con todo tipo de personas adultas. Se le reconocieron distintas y variadas características, siendo las más recurrentes:

- el conocimiento de los parientes por las líneas paterna y materna. Es decir, el küpalme y el tuwün, así como también el küga.
- La actitud de opinar positivamente sobre alguna materia cuando advierte que las ideas no están suficientemente claras o le solicitan su aclaración o punto de vista.
- La actitud de ser respetuoso con la gente, especialmente con los ancianos, a quienes les conversará de la familia y de los asuntos cotidianos.
- La condición de ser ordenado y ponderado en su conducta personal.

Las características señaladas abarcan tres áreas: el comportamiento hacia los demás, la sabiduría, incluyendo el conocimiento de las entidades superiores y del ritual y, además, el comportamiento ético personal. Por estos rasgos, el Kimche aparece como modelo de persona de más amplio complejo y puede ser aplicado a varones y mujeres, adultos y niños. Además a trascendido las épocas históricas y su amplitud es tal, que incluso puede servir de referencia para evaluar el comportamiento de los agentes de mayor estatus dentro de la cultura; es decir, machi, logko, gehpin.

El modelo de persona recta y virtuosa que representa el kimche es perfectamente homologable a las ideas de hombres descrito en otras sociedades no accidentales y analizados desde el punto de vista filosófico por autores como Radin (1960) y Kusch (1977). Sin embargo, el kimche no ha sido descrito en ninguna de las obras que abordan a la sociedad y cultura mapunche.

Un registro reciente corrobora algunas de las características del kimche y aporta otras que contribuyen a configurar un perfil de él. El testimonio dice:

“Los kimche siempre actúan con sabiduría. Los hombres que tienen una capacidad intelectual de entender lo que sucede en su entorno, ese es el hombre qye va a saber afrontar los problemas que la comunidad pueda tener y buscarle una salida, porque de otra forma, si el hombre no tiene sabiduría, no tiene ese kimün, non ppdrá salir de esa situación con la gente. El hombre sabio es el que muestra el camino, abre el camino para que puedan seguir los demás. Para esto tú tienes que estar siempre meditando para que algún día puedas orientar a los jóvenes hacia la sabiduría que nosotros hemos recibido, por ejemplo el respeto” (don Manuel, 1998, citando a su abuelo)

Del testimonio se desprenden seis aspectos a considerar en las características de un kimche:

1. su capacidad intelectual para comprender lo que ocurre en su entorno social y cultural.

2. Asociado a lo anterior, se encuentra la capacidad que el kimche debe poseer para enfrentar los problemas y buscarle solución.

3. el kimche está en constante reflexión, para orientar a las nuevas generaciones. En este proceso reflexivo, el kimche recurre a lo menos dos fuentes de saber-, por un lado la reflexión que viene de su conocimiento del mundo social y cultural mapunche y, por otro lado, la sabiduría que busca en el kajfüwenu1. Así, el testimonio de don Manuel (1998) señala que su abuelo decía: “cuando había que resolver un problema, hay que levantarse temprano, antes que amanezca bien y buscar la dirección de ese kajfüwenu püjü”. Es decir, el kimche no es una persona que huya de los problemas.

4. el kimche, en su papel de educador, es quien muestra y abre caminos para que los demás sigan. En este sentido, es una persona de acción. Protagoniza el kimeltun en el cual el discípulo participa de experiencia de acceso al kimün.

Un ejemplo de ello, es la vivencia de don Manuel (1998) junto a su abuelo, que narra de este modo.

“cuantas veces me llevó a orar, me exigía que estuviera siempre vuelto hacia el este. Levantaba las manos, miraba y oraba… pidiendo esa sabiduría para poder meditar frente a una situación que a él se le presentaba”

5. el kimche en el plano social, es aquel que cuida su manera de hablar, su manera de ser, su manera de actuar.

6. el kimche no debe ofender a otro, porque a él tampoco le gusta ser ofendido.

En síntesis, el kimche incorpora en su vida el dominio del conocimiento, su comportamiento social, y su vinculación con el newen del Kajfüwenu, en su reflexión y gijatun constante.

La no- vigencia de la práctica del kimche no debe ser obstáculo para describir lo más exhaustivamente el modelo, especialmente en las implicancias en el proceso de socialización y por la valoración y añoranza que se hace de él (Catriquir y Durán 1993)

¿cómo se enseña el ser kimche en la sociedad mapunche? ¿cómo se aprende? ¿cómo se cautela su supervivencia?

En primer lugar, cabe destacar que la institución directamente responsable y encargada de la enseñanza de este modelo de persona, es la familia, cumpliendo su papel fundamental la madre, el padre, los hermanos mayores y fundamentalmente parientes por línea paterna, como el maje. Ellos a través del güban (consejo) y prácticas, ofrecen la posibilidad al niño o al joven de imitar el modelo. La madre vigilará el cumplimiento de las normas y corregirá el aprendizaje (Catriquir y Durán 1993)

Por ejemplo, reprenderá al hijo cuando se dirija a su padre y a sus parientes por medio de su nombre personal, evitando o no practicando la nomenclatura clasificatoria correspondiente; le aconsejará que se comunique con sus parientes interesándose en su vida; que aprenda las materias en las cuales él podrá desempeñarse independientemente, así como le recomendará saber respetar y escuchar (Catriquir y Durán 1993)

En un ül (canción) registrado en el sector de Pitren (Kabasken) una mujer relata cómo ella escuchaba la conversación de sus padres, incluyendo el güban que éstos le transmitían con relación a la atención de los parientes. La formulación filosófica subyacente afirma que el no- cumplimiento de estas normas deriva en soledad y abandono (Catriquir y Durán 1993)
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1 del testimonio de don Manuel (1998) se comprende que la noción de Kajfuwenu refiere por un lado al wepüj wenu, o espacio físico con forma cóncava –bóveda celeste- y por otro lado, a la expresión de la inmensidad, del cual el wepüj wenu es sólo una forma de manifestarse. En lo simbólico, el kajfüwenu hace referencia a la brillantez de lo azul, en tanto expresa el bien y la pureza; es el espacio- tiempo de los newen, de los kajfü wenu püjü. El kajfüwenu, representa lo más sagrado; es la fuerza espiritual que da la sabiduría.

c) Norche

El norche se puede entender como una cualidad del kimche, en el cual se destacan características como la de ser persona recta; debe actuar con rectitud frente a una determinada situación. El kimche es justo, tiene que ver con la justicia. Por tanto, el hombre recto, siendo kimche, buscaba su satisfacción interior, en tanto se comporta como tal: esto es ser norche.

El ser norche, en tanto posee “una paz espiritual” demuestra su forma de ser ante los demás. El norche es una persona creíble, en tanto practica los rasgos del kimche. En palabras de un kimche, “el norche tiene paz espiritual y siempre le va a hablar con cariño a todos”

Otro ejemplo del ser norche se expresa en acciones prácticas como “rebanar” el pan, expresado en el siguiente testimonio:

“norche ta weza wüzamkelay, norche ta müley ñi küme wüzamael”. Esto quiere decir “que reparte el pan más o menos por iguañ”

d) newenche

El ser newenche incluye tanto “la idea fuerza mental como física”. Algunas de las características del newenche se refieren a su “fuerza espiritual”, con seguridad personal. El está seguro de su forma de ser, de su manera de actuar, su manera de pensar. Así, si viene una idea de afuera para hacerle cambiar no lo hará. Es fuerte espiritual, mental y físicamente. El newenche, también siempre esta en la búsqueda del newen, recurriendo al Kajfüwenu.

En el campo social, como ya hemos expuesto, los modelos de persona juegan diferentes papeles, en diversas circunstancias y situaciones. Así, en la concertación de los matrimonios, el modelo kimche juega un papel fundamental, dado que los padres adoptarán la precaución de elegir a una familia kimche como futuro pariente. Dentro de las características que se revelan aquí están las cualidades de honradez, aptitud al trabajo, respeto y cuidado de la honra tanto del hombre o la mujer que contraerá matrimonio. Estas cualidades son opósitas a las que se desvaloran, tales como las de weñefe, kewatufe, kuregefe, bagümchefe, etc. conforman una mala orientación de la familia y la perdida del kimche (Catriquir y Durán 1993).

Este modelo, de amplias proyecciones, no siempre se aprende integralmente. En una familia, algunos hijos (as) “seguirán” el mapunche rakizuam mientras que otros no lo harán, especialmente hoy en día (Catriquir y Durán 1993)

Finalmente el newenche conoce, maneja y practica enseñanzas respecto de varios otros ámbitos de la vida, bajo la responsabilidad de la familia y de su experiencia personal. Destacamos lo que concierne al manejo de su cuerpo y conocimiento de sus funciones y ka que se refiere a los oficios según sexo y edad (Catriquir y Durán 1993)

Creencias y comportamientos valorados en la cultura mapunche

Extracto del libro “Educación y sociedad mapunche” (Desiderio Catriquir C, 2002)

Los hallazgos del pasado y la memoria histórica permiten darse cuenta que en el territorio ha existido y existen variados asentamientos humanos con sus respectivas historias. Por ejemplo, la gente de este lado de la cordillera distinguía a los kofke che del centro sur y así como los de esta zona en la actualidad distinguen a las Wiji che de los Pikum che y a los Lafken che de los Peweñ che, desde el punto de vista del hábitat; esta diversidad de grupos va acompañada del conocimiento de prácticas diferenciadas asentadas en una base común de creencias y comportamientos valorados.

En todos los agrupamientos naturales se recoge todavía una versión de por ejemplo un Xipakon que ocurrió en el pasado. El narrador es un miembro de la familia extendida ampliamente valorado, en tanto tal, anciano y relator. En el relato mismo, se destaca ciertos comportamientos como los aceptados, generalmente el respeto y el buen pensamiento. Este tipo de gente es la que establece contacto con seres sobrenaturales como Günechen, entidad protectora de la vida y con la diversidad de otros seres vivos con quienes debe compartir la vida. Frente a los peligros, a los contingencias de la vida, como esa misma inundación, se registra a la gente comportándose con ausencia de sentimientos de temor so pena de transformarse, por ejemplo en piedra. Los relatos de este tipo dejan en claro que la sobre vivencia del pueblo depende en gran medida del cumplimiento de las normas establecidas, tanto en el plano social como sobrenatural.

Es frecuente también encontrar en los relatos la relación entre individuos, los seres sobrenaturales en eventos conformados por un comportamiento dado asociado a sexo, edad y contexto ecológico. Ejemplos variados tienen que ver con el piwichen y otros, de los que se desprenden normas de conductas que el grupo sanciona tales como no entrar en la oscuridad, no salir de noche, no aproximarse a aguas oscuras en determinados momentos del día, etc.

Similar valor se le otorga al kalku (brujos malos) en la generación de enfermedades y al conocimiento del poder curativo de las plantas.

Un área recurrente en este plano son las normas y comportamientos activados y practicados en el ritual.

La diferencia de forma no invalida el sistema subyacente en el que predomina el reconocimiento de entidades superiores jerárquicamente: Günechen y los complementarios que conforman el Gunemapun y los geh y los patrones de comportamientos valorados entre los participantes y entre éstos y las entidades. Se incluyen aquí la referencia a los antepasados y las manifestaciones simbólicas bajo las formas propias de cada lugar.

Grupos y vida social

Extracto del libro “Educación y sociedad mapunche” (Desiderio Catriquir C, 2002)
Como se sabe, los núcleos básicos de la sociedad mapunche han sido los grupos de parentesco, conocidos como la familia extendida, cuyo modelo todavía se tiene el privilegio de observar. Por ejemplo los Ñanculef, los Antinao de Labranza conforman grupos domésticos y comparten relaciones de parentesco hasta el tercer grado en plena armonía. En el pasado, sabemos que los grupos domésticos siempre conformaban Küga*, compartiendo rasgos de grupos primarios, de localización o residencia, de liderazgo, de conducta ritual y además de rsponder a las características simbólicas propias de la nomenclatura del küga. La pertenencia derivada de estos rasgos podía ampliarse, en los ámbitos territoriales y sociales, para lo cual el grupo podía transformarse en Kiñeluwün o kiñelmapu, en otros sectores. Estas unidades sociales incluían varios grupos domésticos y küga y podían adoptarse liderazgos, según las necesidades del grupo y las relaciones con los ka mapu che. El proceso de conformación y desagregación de unidades era de por si dinámico y obedecía a razones naturales o capacidades de uso de los espacios, como a razones propiamente sociales tales como de comunicación, alianzas y ritual (Catriquir y Durán, 1993)

Por ejemplo, nos decían en Maquehue que después del asentamiento “esa misma familia se va desparramando, generando infinidad de familias de un solo tronco; las que por relaciones de parentesco y de matrimonio conformaban unidades mapunche, que adoptan la denominación de los espacios.

Hoy días estas unidades y estructuras sociales ya no operan en la convivencia social y no se sabe cuánto lo hacen en el área ritual. De modo paralelo y especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, proliferan asociaciones impuestas desde el exterior y adoptadas por las condiciones de vida, tales como los centros de padres, los clubes deportivos, las juntas de vecinos, las asociaciones de agricultores. En el ámbito de la familia, aumenta la nuclearización y se propaga la ideología de la familia nuclear, desplazándose los valores y prácticas de la familia extendida, al mismo tiempo que la participación de la gente se disputa entre los credos religiosos, las formas organizativas impulsadas desde el gobierno y las ONGs.
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*Küga: sistema de organización social basado en la herencia por la linea paterna patente en los nombres mapunche.

Relación hombre- espacio

Extracto del libro “Educación y sociedad mapunche” (Desiderio Catriquir C, 2002)


Por lo que se conoce todo grupo mapunche se identifica a través y en el espacio que ocupa. Se reconocen dos momentos de interacción entre hombre y espacio: el primero, de elección de éste como hábitat y, segundo, la ocupación del hábitat para desarrollar la vida. En el primer momento y hasta mediados del siglo XIX, los grupos mapunche generalmente bajo el sistema küga, elegían los espacios que reunían condiciones aptas para la recolección, la caza, la ganadería… Por procesos migratorios internos, la gente “llegaba solo, buscaban su lado donde podían acomodarse mejor…”, “a donde le gusta, elegían ellos”. Una vez elegido el espacio, comenzaba el proceso de asentamiento, que partía con la roza o corta del matorral “caidita”. Venía luego, la construcción de la vivienda “entremedio del bosque natural”. A mediados del siglo pasado, las labores agrícolas ya eran una práctica habitual, así como la domesticación de animales, especialmente las vacas, que contribuían a la alimentación y al laboreo.

En este proceso, ocurre la denominación de lugares; sea el asentamiento transitorio o permanente, denominación que incluía la relación espacio- küga, aunque este último no siempre se explicita. Por ejemplo “Chapozche”, Jawjawen, etc. El reconocimiento físico o simbólico del espacio constituyó una actividad cognoscitiva y cultural relevante, incluyendo “la observación participante” del comportamiento de los animales y seres vivientes… así como la caza para la alimentación. Algo similar ocurría con los frutos silvestres, los que una vez clasificados, se consumían en sus épocas de abundancia. En jawjawen, hoy sector Maquehue, nos informaron de la diferenciación entre felinos- pagi y nawel- y de las técnicas de caza que realizaban, por una parte, los residentes y por otra, la que sabían que utilizaban los animales.

Desde una mirada actual, nos preguntamos ¿qué ocurre si no hay espacios suficientes para la supervivencia del grupo? ¿para la reproducción digna de la cultura en ese espacio? En lo práctico ¿Cómo evalúa el grupo las condiciones geoecológicas de que dispone? Si hay carencias ¿Cómo se propone complementarlas?

domingo, 3 de junio de 2007

enlazando mundos

Tiempo atrás me invitaron a una rogativa mapunche y en tal práctica además de sentirme dentro de un contexto inusual, por el matiz cultural al que me veía enfrentado, también entendí lo complejo que resulta el vivir un mundo íntimamente religioso, lleno de pautas de conducta y creencias en relación con el medio ambiente. Tal mundo es a lo que se le denomina cosmovisión mapunche, y es a lo que dedicaré este espacio.

Entender una cultura indígena imagino que no es tarea de una tarde, y siempre existirá un punto ciego o una brecha no recorrida que dejemos de lado, y es evidente que así sea, basta tratar de homologar la tarea de comprender una cultura indígena con tratar de comprender la nuestra, y un sin fin de temas quedarían suspendidos en la cabeza del investigador. No sé si la cultura mapuche en su historia sea tan basta como la occidental para rebanarle los sesos a cualquiera, pero ¿por qué no? Los cronistas dejan impresas sus averiguaciones y vivencias generando el material escrito que luego es fuente histórica, pero ¿Cuan abarcable es una cultura desde un ojo afuerino a ella? Es sabido que los prejuicios y los preceptos de un cronista empañan su labor de fidelidad en el registro, haciendo de la cultura debelada un punto de vista personal que muchas veces acomoda la realidad a su antojo. Pero son los cronistas las principales fuentes a donde recurrir para investigar la historia, y en el caso de la mapunche, son los cronistas los que dejan o tratan de dejar por escrito lo que la cultura oral mapunche hace perdurar en la memoria colectiva de su pueblo. Me cabe preguntar ¿existen fuentes que recojan la oralidad mapuche para a su vez reflejar su mundo sin tergiversación? Y mi respuesta es que quienes tienen la propiedad de hablar de su cultura son quienes la viven y entienden las categorías de lo que la ciencia se ha encargado de producir para el estudio. Es así como llego a ciertos textos escritos por personas con acervo mapunche, y es lo que mostraré en este blog.